En 1650, pasada la siega, los canónigos de la Catedral de Jaén, creo que muy airados, mandaron a una comisión al lugar de Villargordo, dependiente de la jurisdicción de Jaén, para que investigase y procediese debidamente "con los labradores que diezmaron trigo mojado"*. Era una ladina argucia de difícil explicación en el confesionario. Dios tendría piedad con ellos -pensarían los culpados- pues el apaño se hizo en año de peste y aguas.
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* Archivo Histórico Diocesano de Jaén, actas capitulares del Cabildo Catedral, 16 de septiembre de 1650
Me he tomado la libertad de twittear su entrada.
ResponderEliminarSaludos D. Ángel
Gracias, doña Ambar, paso a leer su nueva entrada y a enlazarla.
ResponderEliminarUn cordial saludo.