miércoles, 18 de mayo de 2016

NICOLÁS DE RIBERA

Nicolás de Ribera fue un jurado de Jaén. No era hombre de gran linaje ni creo que le interesase demasiado darle vueltas a papeles y genealogías. Casó con doña Francisca de Córdoba. Vivió en la colación de San Juan. Sus rentas las obtenía de unas casas y tiendas que arrendaba en la calle Maestra Baja. También despachaba sus granjerías y préstamos. En su testamento dejó escrito: "ytem declaramos que nos deben muchas partidas de maravedíes por muchas personas". Tenía, eso sí, unos censos por los que debía pagar los correspondientes réditos al conde de Villardompardo y a don Miguel de Mendoza, vecino de Andújar. Tuvo, que sepamos, dos hijos varones: Francisco de Ribera y Antonio de Ribera. Como tantos españoles, invirtió ciertas partidas en adquirir oficios públicos. Su juraduría fue heredada por Francisco. Antonio, su otro hijo, ejerció como escribano del Número lo que, en el Jaén de aquel tiempo, no estaba mal. Nicolás de Ribera es un buen exponente de las clases que bien podemos considerar burguesas, con todas las reservas que queramos tener en el uso de esta denominación tan imprecisa. Fue hombre devoto, como todos los de su tiempo. No faltaron rezos por su alma: los de los pobretes del Hospital de la Misericordia, que gobernó, y los de su cuatro hijas monjas que se llamaron Juana, Catalina, Melchora y María.

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