domingo, 28 de febrero de 2016

JORNALES Y VÍVERES EN JAÉN (1819)

Publico en Retablo de la Vida Antigua una relación de productos de primera necesidad con sus correspondientes precios. Podrá comprobar el lector la pobre capacidad adquisitiva del giennense corriente de los tiempos de Fernando VII. La penuria y las tripas mal gobernadas acompañaban al acontecer diario del vecindario. La dieta se resolvía a base de pan, habas, patatas, arroz y alguna propina ocasional de tocino o carnero. La opción de un buen plato de macho cabrío no parece, en nuestros tiempos, muy atractiva pero en aquellos años del Trágala era lo que había y no sin suerte. Puede leerse el artículo aquí.

sábado, 27 de febrero de 2016

PICARESCA, PESCADO Y EPIDEMIAS





En los  siglos XVI y XVII el gobierno municipal controlaba la comercialización del pescado en la ciudad. Todos los años, para su despacho, arrendaba las correspondientes tablas a varias pescaderas encargadas de venderlo. En 1593 éstas padecieron repetidos hurtos de pescado perpetrados por pícaros y descuideros. El Cabildo decidió "para que las pescaderas puedan mas vender el pescado sin que las personas que acuden a comprarlo se lo hurten y lleven, que en las dichas pescaderías se hagan unas rejas de palo para derivar a la gente que llegue a comprar, y de dentro pasa a los pasilos"*. Las pescaderas eran de armas tomar y famosas por sus modales rudos. Para apaciguarlas mandaron a los caballeros veinticuatro don Antonio de Leiva y don Juan de Moya y Valenzuela y al jurado Alonso Gutiérrez de Olivares. No sé si es casual el hecho de que el primero, don Antonio de Leiva, fuese capitán y un tipo enérgico y que, por tanto, fuese enviado a esa misión que podría considerarse de riesgo.

Otra fuente de disgustos, relacionada con el pescado, procedía de la creencia de que éste era un vehículo de contagio de la peste, al proceder del puerto de Málaga. Una medida frecuente, cuando había peligro de epidemia, era interrumpir todo contacto con dicha ciudad  pues, no sin razón, se consideraba que era vía de entrada de muchos contagios. En mayo de 1637 contaban en el Cabildo municipal: "la peste que dicen hay en Málaga tiene amedrentada mucho á ésta Corte temiendo que el contagio del aire no pase a infestarnos y desolar la tierra". En consecuencia "mandó en el tiempo de la peste no entrase el pescado de Málaga desde fin de mayo hasta noviembre siguiente". Se atribuía, en este caso, el brote de peste a un buque inglés que había traído "trigo mareado", es decir, en mal estado.  El pescado que se consumía en aquella época era normalmente abadejo o bacalao salado, como el que ofrecieron a Don Quijote en una venta, pero tampoco era inusual la venta de pescado fresco traído de la costa y conservado con nieve. Los obstáculos impuestos a la comercialización del pescado perjudicaron a asentistas, consumidores y vendedores al por menor. Esto llevó a que el Cabildo rebajase, en 1638, el precio de los alquileres de los puestos del mercado. El consumo de bacalao o abadejo se acrecentaba de manera evidente durante la Cuaresma**.
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*Sobre la reja de palo y los hurtos: Pedro de Jaén, "Papeles Viejos", Senda de los Huertos, número 37, 1995.


martes, 23 de febrero de 2016

EL HIDALGO Y EL OLVIDO (1707)

Don Manuel de Zambrana y Dávalos fue un hidalgo de Linares que vivió entre los siglos XVII y XVIII. Su mundo fue el del reinado de Carlos II. Imaginamos a don Manuel con su ropilla negra, el pelo largo y la espada ceñida. No debía de ser hombre alegre ni de muchas palabras. Cuando testó dio las oportunas instrucciones acerca de su entierro y exequias que debían efectuarse en Linares. Eligió como sepultura el Convento de San Juan de la Penitencia "por allarse como se allava con los demás sus hermanos fundadores de dicho convento". Por mortaja eligió el hábito de San Francisco "para ganar sus santos perdones". Pidió que su cadáver fuese acompañado por la Cruz de la parroquia de San Francisco, los cofrades de San Pedro y San Pablo y los frailes franciscanos. El cortejo estaría, además, alumbrado por ocho pobres con hachas en la mano. Después, cada uno de ellos, recibiría un vestido nuevo de paño de la tierra. Las misas por su alma se oficiarían en la ermita de Jesús del Llano de Baños de la Encina, en La Peñuela, en el Colegio de la Santísima Trinidad de Baeza y en las ermitas y santuarios de Linares. Después sólo quedaba el olvido.*
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*Archivo Histórico Provincial de Jaén, legajo 15.139, escribano Eufrasio Diego de Ahumada, folio 63 (1707)

jueves, 18 de febrero de 2016

CONDUCCIÓN DE GALEOTES (1661)




Peliaguda y triste tarea fue la arrostrada por un tal Alonso de Hervás en 1661. Se comprometió con el corregidor de Jaén a “la conducción desta ciudad a la de Granada de seis galeotes y quatro soldados de presidio y dos presos por una muerte”. Estaban los condenados en la Cárcel Real de Jaén. A los culpados de la muerte, tras dos jornadas de viaje, los dejaría, a buen recaudo en la Cárcel Real de Granada, entregados a su alcaide. A los condenados a galeras y a los presidios de África los conduciría hasta Málaga. Todos irían "con la custodia, guardas y prisiones necesarias para su seguridad”*. La paga que recibiría Hervás, tras haberse rematado en subasta pública, era de 900 reales sin contar 635 reales librados para gastos de manutención, posada, camisas y alpargatas. Era viaje arriesgado pues los conducidos a galeras harían todo lo que estuviese en su mano para fugarse, y poner tierra de por medio, antes de ingresar en ese infierno en vida que eran el banco y el remo.
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* Archivo Histórico Provincial de Jaén, ante el escribano Ramos de Ulloa, legajo 1.706, folio 59  1661. Ilustración: BNE, CC.

lunes, 15 de febrero de 2016

BANDIDOS FUSILADOS EN EL CASTILLO DE SANTA CATALINA (1833)



El 24 de septiembre de 1833, relata el Boletín Oficial de Jaén, fueron pasados por las armas, en el Castillo de Santa Catalina de Jaén, Antonio Maldonado y Felix Barranco La Chota, vecinos de Dalías, Pedro Ruiz La Negrita, vecino de Benamocarra. Eran autores de varios robos con homicidio, estupros y violaciones. Entre sus maldades destaca la amenaza que hicieron a un pobre viajero de freírle la asadura y, para ello, prepararon una sartén que pusieron al fuego. Capaces eran, desde luego, de tal infamia. Los tres habían estado en distintas prisiones. El día 19 de de dicho mes se amotinaron  e intentaron asesinar al oficial que los custodiaba con el fin de darse a la fuga. Este hecho precipitó su ejecución que fue presenciada, además, por Juan Benítez, Juan Manuel Berdún y José Montilla implicados en dicho motín. Fueron procesados y condenados por la Justicia militar.

jueves, 11 de febrero de 2016

MAESTROS PARA MANCHA REAL (1816)

En el Diario de Avisos de Madrid, del doce de noviembre de 1816, se informaba de la existencia de una vacante de maestro de primeras letras en Mancha Real. El puesto contaba con una dotación de 260 ducados anuales "y lo que estipule con los padres de los niños pudientes". Sin ser un sueldo muy alto, suponía más del doble de lo percibido por un jornalero del campo durante nueve meses de trabajo continuo, sin contar lo aportado por los alumnos de pago. Se advertía que "el que quiera hacer pretensión a dicho magisterio ha de estar aprobado por el Consejo  [de Castilla]" y se indicaba que todo aspirante podía presentar "su memorial al ayuntamiento de dicha villa, o a su apoderado en esta Corte D. Luis Bartolomé Calvo" que, por cierto, vivía en la calle del Pez, número 3, cuarto principal*.
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*Bueno es saber que al currículum se le llamaba memorial.

sábado, 6 de febrero de 2016

DOS CABALLOS DE LOS CONDES DE LAS ALMENAS



El primero, que aparece en la ilustración, perteneció a don José María de Palacio, conde de las Almenas. Se llamaba Castellano era de raza andaluza, tordo y con "once dedos sobre la marca". Lo destinaron a las caballerizas reales para su uso como montura y tiro. Esta condición de caballo palaciego y de casa grande le costó ser subastado cuando llegó la I República. Otro caballo memorable fue Impresor, adquirido por don Francisco Javier de Palacio, también conde de las Almenas e hijo del anterior. La caballería tenía seis años, procedía de la ganadería de los Guerrero, de Jerez, y medía doce dedos de altura. Ganó dos menciones honoríficas, en 1880 y 1881, en exposiciones de ganados en Sevilla además del premio extraordinario en la celebrada en Madrid, también en 1881. Don Francisco Javier de Palacio, muy preocupado por los asuntos agropecuarios, pensaba emplear al caballo como semental. Por las alabanzas que le prodigó la prensa especialiada, debió de ser un ejemplar de categoría y valor.


martes, 2 de febrero de 2016

LOS HIJOS DEL CONDE DE VILLARDOMPARDO

Don Fernando de Torres y Portugal, I conde de Villardompardo, fue un aristócrata giennense que llegó a mucho, nada menos que a virrey del Perú. Vivió en los tiempos de Felipe II y tuvo muchos hijos, unas dos decenas. Hubo, entre ellos, soldados que estuvieron en Lepanto, Flandes y en la jornada de la Isla Tercera y alguno que participó en hechos de armas contra los corsarios ingleses. Sirvieron bien a su Rey y al buen nombre de su Casa. El Conde tuvo, además, un hijo franciscano y otro jesuita.  Son un buen ejemplo de las elites españolas de aquellos siglos en los que la Monarquía católica regía dos mundos. Sobre estos personajes, ya olvidados, escribí hace unos años una entrada en Retablo de la Vida Antigua. http://retablodelavidaantigua.blogspot.com.es/2010/11/aristocratas.html